lunes, 19 de marzo de 2012

¿Conoces a Palomo?


Todo comienza así… Después de haber sufrido la pérdida de Kiara o como le llamábamos de cariño (La gordi). Ella  era una hermosa rot wailer que nunca salía de la casa.

 En algunas ocasiones, que logró salir, tuvo mucha suerte en poder regresar, pues al andar perdida por la colonia, se encontró con Drinki un perro que tenía mi prima, que más que de ella era de la calle, al que también llamaban “El rey del barrio” pues era conocido por toda la gente y  gracias  a el Kiara regreso más de  tres veces.

La última vez no tuvo la misma suerte pues se salió de la casa y nadie se dio cuenta, pero lo malo de esto fue que  Drinki había entregado el equipo ya hace unos cuantos meses,y no habría nadie que la guiara de regreso a casa.

La buscamos por varios días pero no tuvimos éxito, solo deseábamos que quien la encontrara, la tratara bien y la quisiera mucho. Después de algunos meses fue una tarde cuando mi papá llego a casa, informándonos que otra vez tendríamos mascota. Se trataba de un cachorrito blanco, tan blanco que al momento de buscarle un nombre mi papá no lo pensó ni un segundo  y lo llamo “Palomo”.

 El primer día que durmió en casa, se quedo en la sala y lloro toda la noche pero ignore su llanto y preferí seguir en manos de Morfeo. Así pasaron unos días, hasta que otra noche al escuchar sus aullidos me decidí a levantarme y fui por él para dormirlo conmigo.

Un día se le escapo a mi hermano y yo estaba preocupado de que le sucediera lo que a Kiara,  pero,  me equivoque pues dos horas después estaba en la puerta esperando a que alguien saliera por él.

Es un perro muy aventurero y es igual o más conocido que Drinki: Hace un tiempo el ahijado de mis papas, llevo unas fotos del festival de la primaria, donde aparece Palomo y nos contaba que ese día fue la sensación pues en cada bailable hizo de las suyas, haciendo reír al público hasta que lo sacarón de la escuela lo cual no fue fácil pues es un perro muy ágil y nadie lo podía atrapar.

Ayer lleve una llanta a arreglar y Palomo me acompaño. Al ver que un carro lo iba a atropellar grite su nombre, lo más curioso de eso fue que el conductor del auto era un conocido  y al verme dijo:

 - ¿Conoces a Palomo? Le conteste que sí, a lo que respondió –No inventes yo lo veo seguido por mi casa, que está a dos colonias  de aquí, tiene muchas historias y a hecho muchas travesuras. 
-¡No me digas que es tuyo! 

Y yo dije:- No , es de por mi casa .¿Porque?
-Ah! es que andan buscando a su dueño para que pague una de sus travesuras. Y me quede pensando mmm... si ese perro hablara que historias no me contaria.



domingo, 11 de marzo de 2012

No me lo esperaba

Durante la semana asistí a mis entrenamientos de box. El día martes, el entrenador nos comentó que habría peleas en otro gimnasio el próximo domingo, que enviaría nuestros datos para ver si nos programaban pelea.

Al día siguiente, al terminar de entrenar recibió una llamada del otro entrenador, que le avisaba que tres de mis compañeros, habían sido programados para pelear.

Un poco decepcionado me resigné a  no participar, a lo que mi entrenador contestó, que no me resignara que asistiría como peleador emergente.

Los días restantes entrené ligeramente pues no pensé que pelearía.

Llegó el domingo, desperté a las 9:30 y desayuné inmediatamente, ya que debían pasar dos horas mínimo antes del pesaje que iba a ser a la una.

Pasé a la casa de mi entrenador por él y mis compañeros,  de ahí nos fuimos al gimnasio donde se realizarían las peleas.

Cuando llegamos, estuvimos esperando por 30 minutos, hasta que nos llamaron para iniciar el pesaje.

Estando ahí observé que no habían llegado muchos peladores que estaban en el programa, fue ahí donde me di cuenta que si iba a pelear, por que los organizadores  iban a realizar una nueva lista de peleas.

Tardaron aproximadamente una hora en salir y darnos el nuevo rol de peleas, en este si estaba yo y me tocaba la palea número nueve.

A partir de ese momento  los nervios se apoderaron de mi cuerpo, ya que sabía que no estaba bien preparado para esta pelea.

Antes de mí peleo compañero mí compañero y perdió en el primer raund, por la vía del cloroformo.

Yo ya estaba muy nervioso y al saber eso me puse aun más, cuando llego la hora me subí al cuadrilátero, comencé a mover los pies de nerviosismo y desesperación porque mi rival no salía. En cuestión de segundos subió mi contrincante, era hora de la batalla.

Sonó la campana, chocamos lo guantes, fue en ese momento que olvide los nervios y me concentré en defenderme. Solo duro unos minutos el intercambio de golpes, cuando una bala perdida toco mi mandíbula y se me nublo la vista. El réferi comenzó el conteo, yo solo levante los brazos en señal de que aun estaba en condiciones de pelar, pero fue mi entrenador el que decidió detener la pelea.

Ahora solo me quedaré con mi derrota, mi dolor de mandíbula y la lección de siempre entrenar duro aunque no pelee.      


De visita en Jalisco


Salimos aproximadamente a las 5 de la mañana y tomamos la autopista México, Querétaro. Tardamos 4 horas en pasar por esta ciudad y agarramos la desviación hacia el estado de Jalisco. Después de 2 horas ya estábamos en un pueblito que se llama Vista Hermosa, donde desayunamos una deliciosa birria.

Todo iba bien, hasta que pasando por la Barca Jalisco se rompió la banda de distribución del  auto. Para nuestra buena suerte, quedamos junto a una caseta de auxilio vial de la autopista.

Pedimos ayuda e inmediatamente nos contestó una operadora, nos preguntó cuál era nuestro problema y le explicamos. Rápidamente contactó a un taller mecánico y nos dijo que la ayuda llegaría aproximadamente en una hora.

La espera se prolongó por cuatro horas, hasta que llegaron los mecánicos. Explicándonos que se habían tardado tanto tiempo  porque venían desde Irapuato, Guanajuato. Lo único que contestamos fue que si traían la banda y nos dijeron que sí.

Fue entonces que comenzaron a trabajar, tardaron como una hora en colocar la banda, cuando terminaron nos dijeron que le diéramos marcha al auto, y no arrancó. En ese momento nos explicaron que el carro ya no tenía presión y que era necesario llevarlo al taller. Nos dijeron que la grúa de ahí a Irapuato no iba a tener costo, que solo nos iban a cobrar la compostura del vehículo.

A mi papá se le hizo raro, decidió seguir el camino y ver hasta donde llegábamos.

El resto de viaje, el carro no dio ninguna molestia y llegamos a la conclusión de que nos querían estafar.

Después de una hora llegamos al pueblo de mis papás, que está ubicado a un costado de la laguna de Chapala.

Cansados de viaje decidimos tomar un descanso y comer, pues ya era muy tarde para salir asi que me quedé a dormir.

Al otro día en la mañana, salí de la casa y me encontré con mi primo y su hijo de siete años, me preguntaron que si quería ir a ordeñar y acepté.

Al llegar al corral, observé aproximadamente 25 vacas y una yegua.

Comenzaron a ordeñar y el niño estaba recogiendo piedras, no sé cómo pero en unos minutos ya estaba atrás de la yegua arrojándole las rocas hasta ponerla nerviosa y respondió dándole una patada en el pecho.

Cuando lo mire estaba en el piso a tres metros de distancia de la yegua.

Le grite a mi primo y rápido fuimos a ver a su hijo, lo levantamos y  se desmalló, nos asustamos mucho por lo que lo llevamos rápido al doctor.

Afortunadamente solo quedó en un gran susto.